Se considera como demanda inelástica a aquella demanda de mercado que no sufre, o sufre muy poca variación cuando ocurre un cambio en el precio de un producto. Por ejemplo si el precio aumenta, el número de la demanda se reduce levemente o nada, siendo ésta casi inapreciable; de esta manera se da una demanda inelástica. La demanda inelástica se aplica en bienes de primera necesidad. Los medicamentos son un ejemplo de bienes con demanda inelástica, ya que son necesarios para vivir en salud o mejorar la calidad de vida de las personas.
El año 2019 está fuertemente marcado por la inflación y la recesión. Si comparamos los 11 primeros meses de 2018 y de 2019, la baja en las ventas superó los 36 millones de unidades. Hay causas y una de ellas es el aumento del 48,30% en el IPC según INDEC, que afecta el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones y otro muy importante es que la variación acumulada de los precios promedio ponderados de los medicamentos superó el 80% en ese mismo período.
Se realiza el análisis de la disminución de unidades dispensadas en el período seleccionado, clasificando los medicamentos según su condición de venta. (Gráfico Nº2).
El mercado total evidenció una merma del 5,62%, representado por -36.861.103 unidades.
Los medicamentos sin prescripción fueron los más afectados, con un 10,97% de disminución en las dispensas, representado por 18,8 millones de unidades aproximadamente. Los productos éticos evidenciaron una baja del -3,73%, es decir casi 18,1 millones de unidades. Estos números estarían mostrando que muchos tratamientos fueron discontinuados por falta de acceso al medicamento. El alza en los precios modificó la demanda inelástica de los medicamentos.