Uno de los aspectos esenciales de la evaluación de la calidad de un sistema de salud, es la accesibilidad a medicamentos.
La prescripción de una receta a un paciente es solo el inicio de una serie de procesos que debería terminar exitosamente con el acceso al fármaco y la mejoría o curación de la enfermedad como el objetivo final.
Es esencial que el fármaco llegue al paciente; las investigaciones destinadas a estudiar los factores que pueden afectar este proceso, son denominados estudios de accesibilidad de medicamentos, definiéndose ésta como: la obtención con o sin pago directo por el usuario del medicamento recetado.
En estos tiempos, nuestro país ha devaluado su moneda y consecuentemente se ha evidenciado una recesión en distintos rubros que ha alcanzado a los alimentos y también a los medicamentos.
Se realiza un análisis de las unidades dispensadas en septiembre de 2018 y se comparan con el mes próximo anterior.
Tal como puede observarse, el mercado total ha caído un -8,28% en la dispensa de unidades lo cual representan, 5.225.078 unidades.
En el siguiente Gráfico (Nº1), se evidencia la caída de las dispensas en unidades, tendencia que se acentúa en el último mes.
De los nueve meses considerados, en cinco hay baja de la dispensa en unidades con respecto al mes anterior.
¿Pero qué medicamentos se dejan de utilizar?
Si bien el desplome mayor se evidencia en los productos de venta libre, interesa saber que sucede puntualmente con la medicación destinada a las patologías crónicas, para lo cual se han tomado 15 grupos farmacológicos sobre los cuales se analizan las unidades dispensadas en agosto y se las contrasta con septiembre del corriente año.
Tal como se observa la merma en unidades supera en algunos casos al 11%. Se han señalado en color las disminuciones iguales o mayores al 10%.
Entonces nos preguntamos ¿las farmacias decidieron disminuir su stock? O el acceso de los medicamentos se ha alejado de los pacientes?
Si el medicamento se ha alejado del paciente, se convierte en un tema de salud pública. Los porcentajes de variación negativos consignados pertenecen a grupos farmacológicos destinados a patologías crónicas, la toma de los mismos no solo controla la enfermedad sino que modifica su calidad de vida.