Se denomina antimicrobiano a toda molécula natural (producida por un organismo vivo, hongo o bacteria), sintética o semi-sintética, capaz de inducir la muerte o la detención del crecimiento de bacterias, virus u hongos.
Un antibiótico pertenece al subgrupo de antimicrobianos pero tiene actividad antibacteriana exclusivamente.
Realizamos un relevamiento del consumo de antimicrobianos durante el primer semestre de los años 2016, 2017 y 2018 considerando los grupos terapéuticos, siendo las más utilizadas las penicilinas de amplio espectro(J01CA), los macrólidos (J01FA), las fluoroquinolonas (J01MA) y las cefalosporinas (J01D). Le siguen a continuación la asociación Trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX)(J01E) y los antimicóticos de uso sistémico (J02A) según el gráfico siguiente: (Nº1)
Tal como puede observarse en el cuadro Nº1, tanto en el primer semestre de 2017 comparado con el de 2016 y en el primer semestre de 2018, comparado con el de 2017, se evidencia una pronunciada baja en el consumo de antimicrobianos.
Para corroborar si el mercado total se comporta de la misma manera, se realiza el comparativo del mismo en unidades y en los mismos períodos (Gráfico Nº2)
El mercado total también evidencia una baja importante en unidades, de aproximadamente el 4% en el 1º semestre del 2018.
Los antimicrobianos representan el 3,93% del mercado total en unidades en el 1º semestre de 2018 (352.943.260 unidades) acumulando 13.863.294 de unidades.
Se realiza la búsqueda de los antimicrobianos que se encuentran entre los 100 productos más dispensados.(Gráfico Nº3)
Es así que amoxicilina y la asociación de amoxicilina + ácidoclavulánico del laboratorio Roemmers son los más dispensados.
Amoxicilina es una amino penicilina que actúa sobre un amplio espectro de bacterias, tanto Gram positivas y Gram negativas.
El ácido clavulánico es un inhibidor de β-lactamasas que se combina en preparaciones antibióticas con alguna penicilina para vencer ciertos tipos de resistencias en bacterias que secretan β-lactamasa, como varias cepas de Staphylococcusaureus y algunas bacterias Gram negativas, que de otra forma inactivaría la mayoría de las penicilinas.
En tercer lugar encontramos la asociación Trimetoprima/sulfametoxazol de Laboratorio Roche, luego una cefalosporina de primera generación, cefalexina, del laboratorio Argentia. Por último un macrólido (claritomicina) del laboratorio Casasco.
En el cuadro Nº2, puede observarse cómo disminuyen las unidades dispensadas en los semestres considerados, salvo casos puntuales en 2017, de leves incrementos en la asociación de amoxicilina+ac.clavulánico, trimetoprima/sulfametoxazol y cefalexina (señalados con color).
* Por expreso pedido de la empresa que provee los datos no se mencionan marcas comerciales.